Cada pueblo tiene el derecho elemental de defender su cultura porque
como sentencia una máxima revolucionaria, ella es escudo y fragua de
la naciòn. En tal sentido nos satisface conocer que agrupaciones
musicales como Alegrìa del Valle, las que durante màs de treinta años
han cultivado el genero Ballenato como expresión de la influencia que
ha tenido esa cultura colombiana en pobladores de esta zona
santiaguera de Cuba, ahora retocan dentro de su pentagrama elementos
del son Cubano, algo que parecìa casi imposible para ellos.
"Los Ballenatos", como se les conoce mejor a estos muchachones que han
contagiado plazas bailables en disímiles carnavales de Cuba, están
concientes que aunque el acordeón no es un elemento característico a
la hora de montar un sabroso son o guaracha, han visto en agrupaciones
como "Son catorce", defensores a ultranza del formato autóctono, cómo
transitan a menudo desde La cumbia y hacen una exquisita mezcla que
resulta difícil definir en que fronteras se encuentra, si en la cubana
o en la tierra de Garcìa Marquez.
Alegrìa del Valle, con mucha paciencia ha sabido mutarse desde el
ballenato al Son. Poco a poco incluyen en sus repertorios piezas
atractivas que de verdad contagian a quienes las escuchan. Ellos
crecieron desde la infancia escuchando emisoras Colombianas que
penetran con relativa facilidad en esta costa santiaguera, es lógico
que en sus inspiraciones musicales había que esperar un reflejo de lo
que habían recibido.
Tremenda contradicción y disyuntiva en su proyección artística haberse
formado a partir de lo que recibieron en un principio y ahora como
profesionales, responder a una solicitud del Centro Provincial de la
música en Santiago de Cuba que, deben por sobre todas las cosas,
representar lo nuestro, lo cubano.
No les acuso, ni los censuro, ni les quito el derecho a que sigan con
el ballenato. Me imagino como sucede en Puerto Rico, Dominicana, hasta
el Colombia, que hayan agrupaciones que cultiven el Son, la Guaracha,
la Salsa cubana y por esa razòn no se les discrimine. Es un gusto, una
elecciòn. Es un derecho.
Por tanto, mis amigos de Alegrìa del Valle. Les recomiendo no dejen el
ballenato pero siempre pongan en una balanza que defendiendo lo
nuestro, cada dìa el son deberà recuperar el espacio perdido porque en
verdad todos somos responsables. Como mismo los grandes consorcios
tecnológicos de la información se encargan de pernearnos de su
cultura, acà debemos estar preparados para saber convivir con ellas
sin traicionar nuestras raices. Queda entonces una pregunta a la cual
ustedes deben responder. ¿Cuál primero, el Son o el ballenato?. El son
hermano, el Son.
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