privilegio que le otorga la naturaleza. Cada quien que llegue al siglo
de existencia es noticia. Por esa razón en Chivirico de Guamá Margot
Segura Hernández, vecina del Reparto El caserío este 20 de julio llegó
a los ciento cinco años de edad y espera alcanzar los ciento veinte.
En verdad me quedé perplejo en valorar que Margot conserva su memoria,
su voz es tan fuerte y con todo el brillo que nadie seria capaz de
advertir, si no fuese presentada físicamente, que estaría escuchando
una mujer de esa edad.
Lo interesante de su prolongada existencia es que, a pesar de trabajar
"muy duro en el campo, luchando con una prole de diez hijos", el
destino le asignó fuerza para superar esa enorme prueba en la recogida
del café, arar la tierra, cruzarla, cultivar frijoles en Margarita de
Cambute en sus primero años de vida.
Margot tiene un ánimo y espirito impresionante. Su limitante es la
escasa visión pero fuerzas tiene para comunicarse con toda la lucidez
mental posible. Su familia se reúne todos los años con ella cada vez
que llega el onomástico y la hace sentir muy bien.
La vejez es un privilegio que se disfruta. Los cubanos tienen como
promedio de vida los setenta y cinco años de edad y no faltan los
círculos de abuelos que pletóricos de salud auguran alcanzar los
ciento veinte como desafío a los límites fijados por la naturaleza
para el hombre.
¡Muchas felicidades a Margot Segura Hernàndez en Chivirico por sus
ciento cinco años de edad!.
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