abastecimiento alimenticios en el territorio que le aseguren
estabilidad en el consumo social es un propósito marcado que ya exhibe
resultados.
Vincular a cada pescador deportivo a las entregas del comercio ha
constituido una potencialidad reconocida. En Chivirico, las capturas
realizadas echan por tierra un viejo refrán cuyo contenido presagiaba
que aquí el mar era carente de pescado. Ahora esas producciones
satisfacen necesidades no solo de la población en la Unidad habilitada
para expender los variados ejemplares, también ya la gastronomía
especializa sus ofertas y el marisco es plato fuerte en Un ranchón
cuyos encantos salinos invitan a compartir bajo el influjo de la brisa
del mar.
Desde que los dirigentes de la zona advirtieron que en las capturas de
peces se satisfarían exigencias antiguas, ahora la realidad es otra.
Quedan reclamos pero están muy ligados a los precios que, ajustados a
normas nacionales, se contraponen a las posibilidades adquisitivas
promedios de los lugareños.
Incluso, otra de las respuestas que denota un cambio a favor de las
transformaciones que se operan en la gastronomía, es disfrutar el
confort y encanto de restaurantes que emergen con exquisitas
condiciones. Ya se habla del concepto de excelencia en este sector,
algo muy necesario como complemento del respeto al cliente. Se ha
reanimado la tecnología y medios para elaborar los alimentos y la
factura de presentación de cada plato merece el elogio.
Acercar los servicios al pueblo, ponerlo a pie de calle, da opciones y
facilita a los clientes ganar en tiempo. Es una gastronomía con la
óptica popular, consciente que es a ellos a los que habrá que
llegarle como principio elemental de su perspectiva.
En este empeño de reducir los costos y de aprovechar lo que en otro
momento se perdía, emergen los centros de elaboración, en los que cada
maestro tiene su formula para abaratar recursos alimenticios y buscar
que estos lleguen lo más fresco posible al consumidor.
Y es que, desde que cambió la filosofía del pichón, el de esperar que
los suministradores provinciales lo dieran todo, ahora se aprecia un
mayor sentido de pertenencia porque está en juego un balance económico
que aclama por la eficiencia y a la vez, la relativa independencia en
la gestión, estimula la creatividad del comerciante o gastronómico.
Errados no tuvieron quienes decidieron que funcionase aquí un
establecimiento cárnico. Lo que corresponde a la canasta básica llega
fresco, lo que se asigna a programas priorizado gosa de calidad. Y
aunque la tecnología amerita una evolución, los trabajadores de este
centro vanguardia en Chivirico mantienen la moral de un colectivo que
se esfuerza en mantener excelente su objeto social.
En pueblos de la costa como Chivirico, ahora una guarapera desafìa el
designio "que sòlo para donde haya central azucarero". No. Aquí se
refresca el intenso calor con cualesquiera de las variantes y, en
cualquier punto de ubicación.
De igual manera, otro de los orgullos de guamenses, es su industria
Pasterizadora. Que, aunque la visité en momentos de limpieza general,
desde aquí se garantiza un porciento nada despreciable del mayor
balance proteico de quienes a diario reciben sus producciones.
Un breve recorrido a obras que ofrecen impacto y elevan, sin lugar a
dudas, la calidad de vida de los vecinos de esta serranìa.
Es un reporte de Benigno Rodrìguez Torres.
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