se ha perdido por la acción irresponsable del hombre en este
territorio, ubicado a unos 60 kilómetros al oeste de la ciudad de
Santiago de Cuba.
El llamado a revertir esa problemática centró el debate este lunes en
el III Taller Regional de Formación de Capacidades para el Manejo
Costero, que reúne en esta localidad a profesionales y autoridades que
trabajan en el sur cubano, a fin de orientar en el manejo integrado y
uso correcto de los recursos naturales.
Pedro Beatón, profesor del proyecto, explicó que se identifican
problemáticas como la tala, quema y pesca indiscriminada, el
vertimiento de desechos y residuales que contaminan el medio ambiente,
entre otras, que deben ser transformadas directamente en las
comunidades.
Elizabet del Toro, jefa del Cuerpo de Guardabosques en Guamá desde
hace 30 años, destacó que en un área que sobrepasa las 96 mil 400
hectáreas de bosques -incluidas unas 40 mil de vegetación natural- se
evalúan importantes afectaciones, principalmente en los manglares.
Esa vegetación natural -dijo- se comporta como barrera protectora del
resto de la flora, y ayuda a mitigar el deterioro que provocan los
vientos, huracanes, salpicaduras y la propia erosión.
Además, la fauna endémica y migratoria que habita y busca alimentos
entre la tupida vegetación de costa, también encuentra refugio allí,
significó.
Guamá es uno de las zonas del litoral cubano más vulnerables a las
penetraciones del mar, inundaciones costeras, temblores de tierra,
deslizamientos, ciclones, sequías, entre otros eventos identificados
por especialistas en manejo integrado de costas.
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