Juan Antonio Verdecia Pérez es uno de los pocos mecánicos que quedan
en la región Oriental de Cuba que se dedican a la difícil y compleja
tarea de alargarle la vida útil a los Órganos musicales que sirven
para amenizar las ocasiones en aquellas comunidades serranas donde
muchos prefieren de la llamada "música molida".
Desde el municipio Bartolomè Masò Marquez en la provincia Granma viene
hasta Chivirico este "señor" de avanzada edad y le asiste técnicamente
al ya renombrado Organo "Flor del Caribe" que ha servido y sigue
rindiendo utilidades en estos parajes de la Sierra Maestra cada vez
que se convida a sus moradores en reunirse para festejar cualquier
motivo de alegría.
Le comenté a Juan que preocupa sobremanera que para esta fecha queden
muy pocos Órganos en activo. Se pueden contar y la cifra me atrevería
a asegurar no sobrepasa los cuarenta en las cinco provincias más
orientales de Cuba.
De que "la gente disfruta con ellos se los aseguro porque en Guamà,
aun y cuando en cada lugares intrincados de estas lomas es común ver
en viviendas los civilizados DVD para reproducir las mas actualizadas
músicas modernas, nunca ellos van a sustituir la emoción que sienten
los lugares cuando observan en vivo mover la manigueta que le imprime
al Fuelle de la organeta el suficiente aire para que silben los
aditamento que emiten los característicos sonidos.
Los Órganos musicales resultan como especie de representación genuina
de una cultura que está muy arraigada en esta parte de Cuba. De
Francia llegaron pero nada podrá suplir su presencia. Muchas gracias a
personas como Juan Antonio Verdecia quien siente la pasión de
devolverle la vida útil a estos "artefactos" que todavía se resisten
al tiempo en aras de otorgarle una sana espiritualidad a quienes lo
prefieren porque como sentenciera èl: "Los Órganos se resisten al
tiempo y de seguro van a perdurar a la eternidad".
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