Para estos días la cosecha cafetalera avanza en el municipio
santiaguero de Guamà. Todos por acá comentan que esta contienda será
mucho mejor que las anteriores, que el nivel de infestación de la
broca ha disminuido, que la lata de café ahora sí se cotiza a un
precio favorable que estimula la recolección del grano.
En esta primera etapa las manos se mueven a buen ritmo. Las cuentas
matemáticas de muchos concluyen que vale la pena asistir a las
llamadas juntas para la recolección del cafè. Hay campesinos y formas
de producción que pagan cada unidad destinada para el despulpe a
veinte pesos, casi el equivalente a un dollar, por lo que aquí en esta
parte de la Sierra Maestra el que una persona obtenga diariamente cien
pesos por concepto de recogida de café es una noticia agradable.
También en esta etapa alcanza un protagonismo notable la participación
de los estudiantes en el llamado Plan "La escuela al campo", donde se
incorporan los alumnos de aquellos planteles que se liberan para esa
actividad.
Es grato ver cómo los jóvenes, adolescentes muchos, asumen esta tarea
con entusiasmo y cada jornada productiva transcurre con la
satisfacción de que, aunque faltan muchos recursos e insumos que
debieron asegurarse a tiempo, el cafè no se gotea.
Siempre los padres asisten los fines de semana cargados con jabas que
albergan en su interior exóticos platos para que ellos lo degusten y
sigan asumiendo con buena voluntad una tarea que más que productiva,
es política en la formación de valores y hábitos laborales en los
estudiantes para que en el futuro puedan con toda intención, responder
al hombre nuevo que construye la sociedad socialista.
Estas imágenes ilustran parte de estos parajes en medio de la Sierra
Maestra, donde hasta no hace un año, los ánimos para atender el café
estaban caídos pero a partir de las decisiones del sexto congreso del
partido Comunista de Cuba se perfilan otros aires renovadores.
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