que, aunque requiere de herramientas costosas para su realización, es
sin lugar a dudas, la principal razón para que Adís Pérez Guerra,
vecina de Ocujal del Turquino en el municipio Guamá, Santiago de Cuba,
ocupe sus ratos de ocio de manera útil y productiva.
Sin recibir enseñanza alguna que le perfile su estilo, esta joven de
treinta y seis años, campesina de naturaleza, pues tiene un pequeño
conuco que la sostiene económicamente, ha bebido de la simple pregunta
rectificadora a quienes sí han pasado escuela sobre esta disciplina
del arte.
En Ocujal del Turquino, pueblo que está en las faldas del Pico
Turquino, la montaña más alta de Cuba, sus pobladores le veneran
porque es un ejemplo del autodidactismo. Sus creaciones reflejan el
entorno natural de la zona pero además, expresan un especial
sentimiento por figuras patrióticas de la historia de la revolución
cubana.
Promover los valores artísticos que emergen del campo siempre ha
resultado difícil para quienes están relegados al anonimato. Les
recomiendo que visiten a Adis Pérez Guerra en Ocujal del Turquino,
seguro la encontrarán en sus menesteres cotidianos desyerbando su
pequeña parcela de tierra o frente a su caballete que sostiene las
piezas de lienzo o cartón donde estampa sus inspiraciones.
Por: Benigno Rodríguez Torres.
----------------------------------------------------------------
This message was sent using IMP, the Internet Messaging Program.