infantil en lo que va de año, en el costero y montañoso municipio de
Guamá en la provincia Santiago de Cuba, adquiere una relevancia
nacional en el sector de la salud cubano si se tiene en cuenta las
difíciles condiciones en que el personal medico y paramédico de esta
serranía desarrolla sus actividades si se comparan con las de otros
donde la geografía no impone desafíos de envergadura que se resisten
al noble empeño en tan humana tarea.
La Directora de salud en Guamà, Maritza Rivaflechas Castellanos
manifestó que ellos realizan chequeos periódicos en el Programa
Materno Infantil (PAMI) ,donde evalúan cuáles pudieran resultar los
factores negativos que evitasen cerrar el año con Cero de Mortalidad
infantil.
Actualmente tienen 132 mujeres que deben parir en estos últimos tres
meses, embarazadas que han sido evaluadas por equipos
multidisciplinarios que diagnosticaron de forma precisa la situación
de salud de cada una de ellas para mejor garantía de vida a la mujer y
al niño.
Maritza enfatizò que una de las estrategias del PAMI es la disminución
del bajo peso al nacer, indicador que exhibe situación favorable pues
se aseguran los módulos nutricionales en cada consejo Popular donde,
incluso, en Uvero y Bahía larga se han creado casas nutricionales
donde vinculan a las gestantes cuyas condiciones propician el bajo
peso en las captaciones antes y durante el embarazo, asì como aquellas
que tienen anemias u otras patologías que le impiden una ganancia de
peso adecuada.
Revela que han logrado impactos positivos en el programa, de ahí que
cuatro gestantes con embarazos múltiples (gemelar), han aportado niños
producto de la concepción con promedios de peso adecuado como parte de
las acciones de salud que se toman en este sentido.
Y aunque muchas mujeres mantienen posturas reacias a los ingresos en
los Hogares maternos, ellos han permitido de manera preventiva
corregir problemas nutricionales y de enfermedad durante esta etapa
que es vital para el desarrollo de su futuro bebé.
El cero de mortalidad infantil en las Montañas de Guamá durante todo
lo que va de año es un logro extraordinario máxime si se tiene en
cuenta que en estos lares de la Sierra Maestra antes del triunfo de la
revolución morían más de 16 niños por cada mil nacidos vivos y, en las
circunstancias geográficas en que se debaten los galenos y enfermeras
de acá, demuestra al mundo que, en los recónditos parajes cubanos, el
estado asegura también la vida del ser humano hasta llevarlo a índices
comparables con los de países desarrollados.
Texto y Fotos: Benigno Rodrìguez Torres.
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