viernes, 6 de abril de 2012

“CADA PUEBLO CON SU CULTURA”.


“Cada pueblo con su cultura y tradición”, es la expresión en defensa a una costumbre que ha recibido la critica de no pocos guamenses cuando al asistir al funeral de una querida persona, ven pasar de mano en mano una botella de ron en medio de un juego de dominó para pasar la noche en vela de quien está tendido en el ataud. Algunos dicen que esa costumbre es haitiana, otros expresan que le resta al velorio seriedad y respeto a la memoria de quien despide su presencia física en la tierra. Lo cierto es que aunque se practica en no pocos lugares de Guamà donde las familias se reúnen pocas veces, y donde los miembros de estas viven muy distante entre sì, lejos de provincia; hay que destacar que aún extraña y resulta chocante para personas que siempre crecieron viendo el velorio como una ocasión de tristeza y dolor espiritual.
Y es que quienes realizan los funerales asistiendo a estas practicas de consumo de ron, alegan que ellos sí sienten la perdida de un ser querido pero que su acción está justificada porque fue el propio difunto quien le pidió en vida que no quería rostros amargos ni llantos que dieran signos negativos que le recordaran para siempre. Todo lo contrario, que brindaran, que le rosearan un poquito de ron una vez que se les fuera a enterrar. Y que en su sepelio no hubiera elegías a que él fue un santo o que era un ser perfecto, no. Que se diga sus defectos pero que no dejen de decir sus virtudes porque si no lo hacen, entonces se va agraviar en el otro mundo y le va cobrar la falta de sinceridad a quien despida el duelo.
“Y así las cosas”, como tiene de cliché un amigo periodista también de campo en Punta Alegre de Morón, cada pueblo con su cultura. Pero es que mi crónica tal vez descriptiva de un fenómeno cultural viene inspirada en que la medico de familia de la comunidad de Sonador, Annarey Duret quedó perpleja cuando vio semejante actitud de celebración y me exclamó su preocupación ante este tipo de situación. Ella estuvo acostumbrada a ver en la funeraria de Calvario en la ciudad de la ciudad de Santiago de Cuba que esos espacios son exclusivamente para el silencio, la conversación en tono bajo, el pésame a los familiares de todo el que llega. En fin, como debe ser. Pero, en honor a la verdad, no sè quienes pueden estar en lo justo porque, desde que se comenzó a practicarse en Cuba el cremado de los cuerpos a quienes por su voluntad lo solicitan en vida ,y reducirlos a cenizas una vez fallecido, hay quienes han cambiado su filosofía y plantean que eso no corresponde a nuestra cultura y tradición, por tanto, hacen lo que le parezca mejor aunque hayan tenido que importarlo o adquirirlo de tradiciones ajenas.
Hoy la referencia o tema tal vez no sea ajustable a la aspiración visual de nuestros lectores pero, de que se realizan estas practicas, se realizan…

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