Hoy, como cada año, se desarrolla en el panteón que perpetua la
memoria a los caidos en la Batalla del Jigue, el acto de recordación
de aquella epopeya gloriosa que protagonizò el ejercito Rebelde frente
a la tirania batistiana. Diez dias de intenso y encarnizado encuentro
que estaban destinados para poner fin a la presencia de Fidel y su
tropa en la Sierra Maestra.
Nuestro maximo lider Fidel en su libro "La victoria estrategica", La
batalla del jigue, la victoria contra los esfuerzos plantea que
durante los primeros seis días de la Batalla de Jigüe, mientras se
desarrollaban las acciones iniciales en el cerco y los dos combates de
Guillermo García en el río La Plata, las fuerzas rebeldes,
concentradas en Purialón en espera de los refuerzos que debían venir
desde la playa para apoyar a la tropa sitiada, habían permanecido casi
todo el tiempo ociosas. Solamente tuvieron ocasión de actuar los días
15 y 16 de julio en la captura de la mayor parte de los guardias
escapados de la segunda emboscada de Guillermo el día 14. En una de
estas escaramuzas murió el 15 de julio, como ya dije, el combatiente
Eugenio Cedeño, Geño, del pelotón de Lalo Sardiñas. En realidad, casi
todos los soldados prisioneros como resultado de ese combate fueron
capturados por nuestros hombres en Purialón, así como la mayoría de
las armas ocupadas.
Al anochecer del propio miércoles 16 de julio, Curuneaux me informó,
en una notica, haber interceptado varias comunicaciones enemigas,
algunas de las cuales indicaban que la tropa concentrada en la playa
había recibido la orden de avanzar en dirección a Jigüe para romper el
cerco de la fuerza sitiada. No estaba claro si la intención era
reforzarla con la pretensión de que cumpliera su misión original, lo
cual a estas alturas resultaba totalmente absurdo o, por el contrario,
auxiliarla a escapar. El caso es que con esta noticia recibíamos el
primer indicio concreto de que el tan esperado refuerzo proveniente de
la playa estaba ya en camino.
Esa misma noche trasladé la información a nuestros tres capitanes
encargados de la línea de contención del refuerzo en la zona de
Purialón. Según lo interpretado por Curuneaux, se trataba de un
batallón enemigo que avanzaría desde la playa. Por eso, en mi mensaje
a Cuevas, Lalo y Paz les decía:
Un batallón no es nada para ustedes. En Santo Domingo se destruyó uno
con muchos menos hombres, y Paz ha rechazado dos veces al ejército con
8 hombres. Ojalá manden un solo batallón para que quede prisionero de
ustedes.
Para mayor información acerca del acontecimiento les remitimos a este
hipervinculo conde aparecen fotos testimoniales de los mensajes de
Fidel y mapas que dan fe de esa estrategica batalla.:
http://www.cubadebate.cu/fidel-castro-ruz/2010/09/15/la-victoria-estrategica-capitulo-18/
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