mundo, no han hecho otra cosa de envergadura que vivir de lo que la
tierra le ofrece a partir de sus propias manos. Le mueve una
filosofía, "no hay tierras malas sino hombres incapaces". Y la
reflexión viene como resultado de lo polémico que resulta ver la
quietud de quienes permanecen apacibles ante el llamado que se ha
hecho a la producción de alimentos.
En un pequeño terruño que apenas llega a dos hectáreas de tierra,
Carlos Alberto goza los mejores ejemplares de Yuca en la parte de
Sonador en el Consejo Popular de Chivirico. "Lo único que pido es más
tierras, incluso, le he propuesto a la Cooperativa que me la den hasta
con la condición de yo entregarle el sesenta porciento de las
cosechas. No resisto ver cómo hay tantas tierras que se pueden
aprovechar y están ahí sin rendir frutos- Plantea este hombre que ha
buscado las más disimiles variantes para llevar el agua al lugar donde
logra sus producciones hasta de todo tipo de hortalizas.
Al ver una de sus siembras, me motivó una planta que parecía Yuca pero
dado el tamaño de altura, pensé no lo era. En efecto, con tan sólo
diez meses de sembrada, una vez extraída de la tierra, aquel plantón
fue suficiente para que todas unidas pesaran las setenta libras. El
asombro no sólo fue para mi sino para èl que jamás había logrado una
curiosidad de ese tipo.
Y para que lo creyeran la instantánea fotográfica no pudo faltar.
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Si ... yo se cuales son los hombres incapaces
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