cuando se les ve por vez primera, se les concibe muy lejos de llegar a
desempeñarse algún día en actividades profesionales que reclamen
aptitudes intelectuales de envergadura. Es la referencia a Orlando
Bonillas Vega, un joven que no concluyó sus estudios técnicos de
agronomía y era común verlo sin ocupación laboral que tributara a los
reclamos de su sociedad.
Orlando trabajó como barrendero en Chivirico, atendió los jardines de
los parques y, un día, en intercambios con turistas que llegaban a su
persona sintió la necesidad de estudiar el Idioma Ingles. No tardó
mucho en optar por matricular en la facultad Obrero campesina, una
alternativa de enseñanza que en Cuba permite nivelar escolarmente a
quienes por circunstancias de la vida quedan retrasados.
Ahora Ortando es un excelente enfermero, es de los que no cesa en
superarse, de los que asiste frecuentemente a la biblioteca publica en
Chivirico. Labora en el consultorio mèdico de el Mazo, donde èl es
nativo.
"Se equivocaron quienes pensaron que mi futuro iba a hacer el de
"jinetero", el de el parasito que vive asediando el turista. Estoy en
Tercer año en la licenciatura de Enfermerìa y de verdad lo digo de
corazón, le agradezco mucho a mi revolución, a mi Fidel". Esta
expresión que fue publicada en la emisora radio Coral de Guamà tuvo
el reflejo visual acompañada de un tenue lagrimeo en sus ojos que
advertía la emoción de que se reconociera públicamente la utilidad
social de su esfuerzo.
Como Orlando los hay muchos, de aquellos que en una ocasión no
aprovecharon las oportunidades de superarse pero que, usadas a tiempo
le permitieron emerger de su ligera quietud.
Por: Benigno Rodrìguez Torres.
----------------------------------------------------------------
This message was sent using IMP, the Internet Messaging Program.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes dejar tu comentario sobre el mensaje que sea de interés. Gracias.